Caminando
por las calles con muchísimo calor se nos antojo unas tapas para complacer al
estómago. Empezamos con una
coquita para tranquilizar la sed y nos dé un poco de energía, pero no podía
faltar la fruta de los dioses griegos, las aceitunas. Las aceitunas españolas son las más deleitables en su sabor
y textura.
Después
de un gran rato buscando lo mejor de Madrid, nos topamos con lo que no podemos
resistir, los churros y chocolate caliente. Aunque usualmente se comen por la mañana o por la noche,
nosotros no podíamos sufrir más del antojo y optamos por comerlos en vez de tomar una siesta al medio día. Es una delicia exquisita y
además afrodisíaco y crujiente. Que
más se puede pedir a lo que es casi perfecto en su sabor…
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